5 de diciembre de 2008

Y LA NOTICIA DEL AÑO ES...

No hay dudas de que la noticia destacada de este año no es un hecho en sí mismo, un hecho noticiable de acuerdo a los parámetros o criterios establecidos por cada medio. En este 2008 los propios medios fueron noticia.
Bajo la tutela del grupo multimediatico más poderoso del país, Clarín, la mayoría de los grandes medios mantuvo durante todo el año –y aun mantiene- un enfrentamiento discursivo importante con la presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner.
En ese marco, cada anuncio de la presidenta es refutado e impugnado por casi todos los medios gráficos, radiales y televisivos. Mientras tanto, en cada uno de sus discursos la titular del Poder Ejecutivo Nacional aprovechó para embatir a Clarín y sus aliados.
Este enfrentamiento tuvo en jaque a la opinión pública durante todo el año.

De un lado: los medios
Es así que desde aquella resolución 125, anuncios importantes de la presidenta tuvieron repercusión mediática negativa. Ello se pudo verificar con temas como la estatización de Aerolíneas, la vuelta de las jubilaciones al Estado, el Presupuesto General de Gastos previsto para el 2009 y las últimas medidas anti-crisis.
Las reprecisiones surgidas del caso de la famosa “valija de Antonini Wilson” y los resonantes asesinaos enmarcados en la llamada causa “Ruta de la efedrina” fueron otros caballitos de batalla de los medios del país para ganar la pelea contra el gobierno.

Del otro: la presidenta
La impulsión del proyecto para remplazar la vigente ley nacional de radiodifusión Nº 22.285 fue la jugada más resonante de Cristina Fernández durante este año. Durante todo el año funcionarios del COMFER y la Secretaría de Medios recorrieron el país propiciando el desarrollo de debates con instituciones y distintos sectores de la población en pos te fomentar el cambio de legislación en materia comunicacional. Villa María no fue la excepción.

Lo que queda en el medio
Si bien se puede estar de acuerdo o no políticamente con los anuncios y medidas tomada por el gobierno es evidente que la mayoría de los medios tiene oreas intencionalidades en las críticas hacia la presidenta, que buscan defender sus intereses y conveniencias supuestamente afectados por las políticas que impulsa el gobierno.
En tanto, el anhelado cambio de la ley de radiodifusión es impulsado en medio de este particular momento de enfrentamiento, lo cual deja algunas dudas sobre la verdadera naturaleza y fines de la nueva ley.
En esa dialéctica, los ciudadanos comunes, los que estamos del otro lado de la pantalla, quienes leemos los titulares de los diarios aferrados a la utopía que se nos informe de la manera menos parcial posible, quienes esperamos las medidas de la presidenta con expectativa, con la esperanza de que contribuyan a mejorar la situación del país quedamos en el medio, sin saber quien nos dice la verdad o al menos quien nos tergiversada la realidad de manera menos visible o elocuente, quedamos esperando que el poder central, las instituciones y los medios trabajen en pos de los mismos objetivos: fortalecer, optimizar y asegurar el mantenimiento de la Democracia.

3 de diciembre de 2008

LOS MEDIOS Y LAS FIESTAS

El advenimiento de la navidad y el año nuevo se constituyen en momentos especiales y propicios para el desarrollo de determinados sectores y rubros comerciales, tales como la regalaría, la gastronomía, los electrodomésticos, la informática, etc.
Ese proceso es alimentado por los medios de comunicación, en tanto empresas con fines comerciales, reproductores del sistema capitalistas y generadores de valor agregado de la producción económica; en tanto, reproductores del sistema de valores, creencias, ideologías y cosmovisiones predominantes del sistema cultural y social que nos rige.


La publicidad
En su afán de vender y comercializar su producción, las empresas mediáticas se cargan de elaboradas y dinámicas publicidades con ofertas descomunales de las grandes cadenas de hipermercados, de electrodomésticos e informáticas. El consumo es alentado también mediante los gigantescos árboles de navidad y Papa Noel.
También son infaltables los tradicionales saludos institucionales, los cantitos, shingles, spots y avisos en los diarios. El mensaje es claro: navidad es un momento ideal para el consumo.

Los valores que se inculcan
Pero el fomento del consumismo y el gasto compulsivo no es lo grave. Lo peor es la serie de valores y cosmovisiones de la navidad en particular y la vida en general que los medios difunden: compre nuestros productos, vaya a comer a tal lugar, regálele a su hijo una PC, una bicicleta, una moto. Salga a bailar, beba sidra x, coma pan dulce, etc.
¿Y donde quedan los valores de la hermandad, la vida familiar, el perdón, la unión, que son los que en verdad se deberían fomentar en estas épocas?. Reúnase con su familia sin pelearse, pase buenos momentos sin importar si hay regalos o no, perdone a sus prójimos por los errores cometidos y pida disculpas, coma y tome con moderación, etc.
Estos son los valores de los que debemos regirnos, los que deben ponderarse y los que debemos fomentar y compartir. Los mensajes externos con otras proposiciones son variados y nos invaden. Está en cada uno de nosotros saber, querer y poder evadirlos o no. Más allá de nuestras creencias religiosas, hay valores que son universales y que son los que realmente deben imperar en el ánimo y el espíritu de éstas épocas.



31 de octubre de 2008

SOBRE EL PAPEL DE LOS MEDIOS EN ESTOS 25 AÑOS DE DEMOCRACIA

En el marco del aniversario número 25 del retorno de la Democracia a nuestro país fueron innumerables los comentarios, las editoriales, las columnas de opinión, como así también los documentales y los suplementos que publicaron los distintos medios de comunicación.
Muchos resaltaron la importancia del retorno a la institucionalidad luego de aquellos años negros de la historia Argentina. Otros destacaron la posibilidad de poder volver a votar y ejercer los derechos de ciudadanos después de tanto tiempo, y algunos inclusive fueron más allá e hicieron un análisis de las fortalezas y debilidades del imperante régimen político.
Pero ninguno de los medios de comunicación más importantes hizo una autocrítica o un sinceramiento de su papel durante estos años de vigencia democrática.

Falta de autocrítica
Ningún medio de comunicación hizo un mea culpa por reproducir las desigualdades y desequilibrios de la Democracia que inclusive ellos mismos denunciaron.
Es decir, ni uno sólo de los grandes medios reconocieron el sesgo con el que se informa a la población, con datos parcializados, tergiversados y adecuados de acuerdo a sus intereses políticos y comerciales.
Ninguno de los grandes monstruos de la información se quiso dar cuenta del tratamiento reduccionista, simplista y banalizado de la realidad cotidiana. Ninguno de los mega-medios nacionales se hizo cargo de la estupidización a la que exponen a la gente (por ejemplo con la reproducción y re-reproducción programas como showmatch).
Nadie habló la falta de oportunidades que tiene la gente para expresarse y hacer uso de su natural derecho a la información como consecuencia de la vigencia de la autoritaria y centralista ley 22.285. Nadie habló del impedimento que tienen las entidades no comerciales para acceder a medios de comunicación y licencias de radio o TV. Nadie habló de la censura indirecta o encubierta que ejerce el grupo Clarín, por ejemplo cuando restringe de papel prensa a los pequeños medios del interior. Nadie habló de la ausencia de pluralidad y diversidad de miradas de la realidad generada por el monopolio que ejerce el mismo grupo Clarín con la adquisición y posesión del 70% de los medios del país.
Como consecuencia: ¿qué entienden los medios por Democracia?, ¿Qué concepto reproducen de ella?. Alguna vez Cortázar dijo que “hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder poco a poco su vitalidad. En vez de brotar de las bocas o de la escritura como lo que fueron alguna vez, flechas de la comunicación, pájaros del pensamiento y de la sensibilidad, las vemos o las oímos caer corno piedras opacas, empezamos a no recibir de lleno su mensaje, o a percibir solamente una faceta de su contenido, a sentirlas corno monedas gastadas, a perderlas cada vez más como signos vivos y a servirnos de ellas como pañuelos de bolsillo, como zapatos usados. Sabemos muy bien cuales son esas palabras en las que se centran tantas obligaciones y tantos deseos: libertad, dignidad, derechos humanos, pueblo, justicia social, democracia, entre muchas otras (…)”.
Y ahí está la respuesta: la palabra Democracia está enferma, mal utilizada, manoseada y desvirtuada. Y aquellos que dicen ser sus defensores en realidad son sus más acérrimos detractores.

16 de agosto de 2008

SOBRE FLOGGERS, EMOS Y OTROS FENÓMENOS DE LA ACTUALIDAD

El vertiginoso y sostenido crecimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación influye directamente sobre todas las esferas de la vida del hombre. En los últimos años, como consecuencia de la expansión de las industrias infocomunicacionales en general y de Internet en particular, se han producido cambios en las lógicas imperantes en el mundo del trabajo y la producción, en la educación, en los hábitos de consumo, en los modos de relacionarnos y comunicarnos con los demás, en todas las actividades de la vida cotidiana.
Algunos sectores sociales son más afectados por estos fenómenos comunicacionales y en otros el impacto se siente en menor medida. En esa dialéctica, los jóvenes indudablemente son los más afectados. Ello se ve reflejado en la irrupción de estos fenómenos tan difundidos en las últimas semanas por los medios: la aparición de los floggers, emos, etc.

Abordaje del tema
Obviamente, la mayoría de los medios de comunicación, tomaron estas nuevas expresiones de la cultura adolescente como algo risueño, banal, sin sentido o como algo propio de la edad de los chicos. De hecho en los últimos 15 días decenas de grupos de jóvenes inmersos en este tipo de movimientos, tribus o como se llamen, se pasearon por los programas de mayor audiencia del país.
Pero la irrupción y auge de estos fenómenos no salen de la nada, son producto de la dinámica de una sociedad compleja y convulsionada, son fruto de cambios en nuestra civilización, de una transición en la evolución del hombre, y evidentemente necesitan de espacios para la reflexión y su estudio profundo. El tema debe abordarse seriamente, desde un marco institucional y multidisciplinario, desde una concepción teórica capaz de dar cuenta de los cambios producidos por el auge de la globalización, desde una vinculación directa con el entorno y el contexto social, económico y cultural que le dan forma a estas manifestaciones y no vistos simplemente desde la imperante lógica mercantilista y reduccionista a través de la cual estos fenómenos solo pueden verse como meros generadores de rating y ganancia.