29 de octubre de 2009

NOTICIA INSÓLITA: PROMUEVEN POR INTERNET UN PARO NACIONAL DE CIUDADANOS

Desde hace varios días circula un correo electrónico por medio del cual se invita e incentiva a realizar un “Paro Nacional de Ciudadanos”.
La iniciativa promueve que el 9 de Diciembre “concretemos entre todos el Primer Paro Nacional de Ciudadanos por 24 horas. Desde el Río de La Plata a la Cordillera y desde La Quiaca hasta Ushuaia para que todos los argentinos juntos exclamemos Basta!!!”.
La medida es impulsada por un grupo de “ciudadanos comunes” sin identificación política clara y proponen que “por un día todos nos quedamos en nuestras casas, como en un domingo lluvioso de invierno”. Piden que “nadie vaya a trabajar, que los comercios cierren sus puertas, No hacer nada. No movilizarnos, ni hacer cacerolazos, ni apagones, nada”.
Los motivos del paro responden a la necesidad de que el pueblo gané por primera vez y exprese su cansancio con la impunidad, la injusticia, la inoperancia, la corrupción, etc, de gobernantes, gremialistas, empresarios, periodistas y jueces entre otros actores sociales.

26 de octubre de 2009

DE PERIODISTAS, INSULTOS Y RATING

Mucho se ha dicho y mucho se ha hablado sobre la famosa y poco afortunada frase dedicada a la prensa por parte de Diego Armando Maradona luego del triunfo de la selección Argentina ante Uruguay en el Centenario y su posterior clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010.
Los propios “ofendidos” fueron los encargados de cuestionar y repudiar hasta el hartazgo los dichos del “10” alegando sentirse “ofendidos”, “agraviados”, y “avergonzados”. Fueron ellos mismos los que acusaron al jugador por su “falta de educación”, por “irresponsable”, “inculto”, etc, etc, etc.
En primera instancia podría estar de acuerdo en repudiar los dichos de Maradona, por ser una persona de notoriedad pública, por la responsabilidad que implica su cargo, por la trascendencia de su figura a nivel mundial, por lo que debe transmitir a sus jugadores. Y además por haber dicho lo que dijo en un horario y momento donde cientos de chicos estaban frente al televisor viendo el partido.
Pero haciendo un análisis más profundo sobre el caso es posible llegar a la conclusión de que más repudiable es paradójicamente la actitud de la gran mayoría de los medios de comunicación que se sintieron ofendidos y agraviados, quienes repitieron, reprodujeron la frase de Maradona infinidad de veces. Y es ahí donde está el error. Pero lo que es aún peor, esos propios medios que tanto se asustaron y se ofendieron, son los que diariamente producen y reproducen más frases e imágenes tanto o más agraviantes, carentes de cultura y de educación que las palabras de Diego.
Nunca más bien dichas, pertinentes y apropiadas para ser citadas para ilustrar este artículo las palabras de Alejandro Dolina: “la indignación burguesa que sucedió al exabrupto de Maradona fue totalmente patética y asqueante. Un mundo totalmente hipócrita, el mundo de la radio, donde se escucha eso mismo que Diego dijo bajo emoción violenta, pero libreteado (y en la televisión ni hablemos), ese mundo se indignó. Esos tipos se indignaron. Y esa indignación burguesa me hace ponerme inmediatamente en la vereda de enfrente (…)”.
Y no es que esté de acuerdo con lo que dijo Maradona o a favor de él. Pues justamente estoy en total desacuerdo y en contra de la incesante y permanente proliferación y sobredosis de malas palabras, insultos, groserías, exabruptos y tanta chabacanería invadiendo todos los medios en general y la pantalla de TV en mayor medida en particular.

Más insultos, mejor televisión
Somos quienes todos los días consumimos la degradada televisión quienes realmente sentimos vergüenza por las cosas que se dicen y muestran en los medios. Somos los televidentes los que además de habernos bancado de que la frase de Maradona sea reproducida una y mil veces, celebrada por algunos inclusive con campañas publicitarias a favor, con la creación de páginas de Internet alusivas e la venta de indumentaria con las palabras del 10. También tuvimos que soportar que los mismos medios que criticaron a Maradona no hayan dicho nada sobre las palabras del diputado electo y reconocido “pope” mediático Francisco De Narváez, quien se expresó de manera descalificadora y muy agraviante contra sus adversarios políticos kirchneristas (“muchos me agradecieron por haberle roto el c… a los pingüinos”, dijo el empresario).
Somos los que todos los días nos sentamos frente a la pantalla, quienes tenemos que bancarnos que en el desagradable programa de Marcelo Tinelli, tanto el jurado (integrado casi siempre por vedetes y periodistas del espectáculo), así como los participantes de los distintos concursos intercambien agravios y acusaciones infundadas y que además los programas de chimentos reproduzcan otras mil veces esas palabras, e inviten a quienes las dijeron a sus estudios para que las sigan diciendo y profundizando y que al otro día sean titulares de los diarios y de las “revistas del corazón”.
Somos los ciudadanos los que en cada campaña política tenemos que soportar que los candidatos a los distintos cargos en vez de proponer ideas y hablar de sus plataformas, solo se dediquen a insultar, acusar y agraviar a sus adversarios. Y que cuado asumen sus cargos, en vez de ocuparse de sus funciones, solo se ocupen de responder los agravios que emite la oposición a su gobierno, que en vez de proponer soluciones a lo que no encuentra bien o está en desacuerdo del gobierno, solo critica infundadamente y agravia al otro. Y también que los noticieros, diarios y revistas especializadas vuelvan a repetir y re-reproducir todo ese palabrerío.
¿Alguien podrá negar que todas estas cosas son peores que los dichos de Maradona?. Entonces en un país en el que nadie “puede arrojar la primera piedra”, y menos aún en el ámbito de los medios, nadie puede asustarse de nada. Si al final, aquellos que tanto repudiaron una expresión instantánea, genuina, casi “liberadora” (en términos del recordado negro Fontanarrosa) y producto de una circunstancia traumática y estresante como la que pasó Maradona, finalmente terminan cometiendo exabruptos aún peores y lo que es más grave con un fin totalmente planeado y bien intencional: subir el rating y sumar ganancias.